CALLE PROCURADORES CUSCO PERÚ

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miércoles, 29 de febrero de 2012

LA MESA DIABÓLICA (TERCERA PARTE)

SIETE DIABLITOS -SAN BLAS-3

Cuando llegó las tres de la mañana estábamos felices.

Romina procedió a invitarnos un poco de lo que ahora era su yerba. Rosario por su parte ahora bebía cerveza en mayores cantidades.

-“Muy bien señores como les comentaba al parecer todo fue un engaño para poseer nuestros hermosos y bellos cuerpos”, Dijo risueñamente Romina mientras encendía otro cigarrillo.

-“Por mi parte ¡po!, he escuchado desgarradores gemidos que diga gritos. Dijo esta vez Rosario entre risas.

-“Así como efectivamente la mesa tembló, que digo vibró cachay”. Más risas. Agregó una vez más burlonamente Rosario. Más risas.

-“Pero lo que no saben es que este par de hembritas ¡po!, somos más que hembritas” añadió seriamente Rosario.

-“Este par de hembritas ahora tienen mucha hambre”. Dijo Romina mientras sus ojos se mutaban en forma reptil.

Cuando de pronto Rosario y Romina iban despellejando su forma, mostrando sus ojos incandescentes, y sus colmillos filudos. De pronto su cabellera se esparció sobre el piso y sus lenguas se estiraron hacia nuestros cuellos rodeandolos y extrangulandolos en breves instantes.

Fue entonces que recordé aquella leyenda de “un grupo de bestias” camufladas en piel de hombres vestidos de negro que recorrían todo Sudamérica tocando guitarras y violines vestidos de negro en las calles y plazas públicas, para luego a partir de la media noche devorar a los parroquianos más incautos, entre ellos prostitutas, borrachos, drogadictos y don Juanes incautos como nosotros.

“El Loco Rodríguez”, felizmente siempre andaba armado, porque en Cusco, en Cusco nunca se sabe cuando estarás caminando al costado de un vampiro, de una bestia come hombres, o de un árabe caníbal y otras tantas especímenes que recorren la noche, claro entre ellas borrachines pendencieros o pirañas y ladrones, pero estos están en extinción a causa de los primeros.

“El loco Peter Rodríguez”, sacó su arma y les dio un balazo a cada una justo en mitad de los sesos, estos se esparcieron manchando las paredes y nuestros rostros impregnandolos de abundante masa viscosa blanquecinas.

La puerta se abrió súbitamente, era Rubén.

-¿Qué paso pendejos?, ¿porque tanto escándalo?, afuera la gente está sobresaltada… ¡las mataron!, ¿pero por qué si estaban mejor que el pan esas dos preciosuras? Dijo Rubén mientras miraba los cuerpos deformes y escamosos estirados sobre el piso.

"Estaban, tú lo dijiste ....estaban", respondió el Loco Peter mientras se limpiaba el rostro con el mandil de Rubén. Cuando le explicamos lo sucedido nos contó que en el Bar de Guillermo en la Calle “Siete Angelitos” hubo un caso parecido la semana pasada con un par de hembras de similares características, pero con un fatal desenlace, habida cuenta que en aquella reyerta murió el Chino “Paco”, amigo de la infancia de Rubén, junto a un espécimen de estos malnacidos.

"No sé cómo harán pero esta peste la quiero fuera de mi local, después el Municipio anda diciendo que aquí asesinaron un par de turistas muy respetables y me hacen de mala fama y me cierran el negocio". Nos advirtió Rubén mientras se limpiaba la frente llena de sudor con su clásico pañuelo a cuadros.

-No te preocupes que “el Loco Rodríguez” y yo nos encargamos de eso. Le dije mucho más calmado.

-Oigan ¿y a las tres de la mañana no salió el demonio de la mesa?, preguntó Rubén.

-No, nada, eso nos pareció muy extraño porque justo a esa hora después de habernos cogido a las hembritas, mejor dicho a los monstruos, se suponía que tenía que salir del interior de la mesa.

“El loco Rodríguez” miró profundamente el alba mientras fumaba un cigarrillo. “Lo que sucede es que ese demonio pendejo se dio cuenta, se dio cuenta de la presencia de estas dos bestias y no salió, ellas más al contrario nos sedujeron, nos cansaron y se hicieron con nuestra energía, un poco más y me faltan fuerzas para disparar mi revolver. Por otra parte te diste cuenta de lo que dijiste…dijiste que estuvimos cogiendo con los monstruos”. Concluyó sobresaltado.

-“¡Monstruooooosssssssssssssssssssssssss….que ascooooo!”. Gritamos al mismo tiempo.

-“Vamos a bañarnos qué tal si se transmite la mutación como en las películas”

-“No creo, las películas son las películas, esto es la realidad, esto es Cusco”

-“Vámonos corriendo que siento mi pene pegajoso”

-“El mío se está volviendo verde”

-Oigan cagones de porquería y ahora quien me limpia el local, gritó Rubén muy molesto a lo lejos, mientras ibamos descendiendo corriendo la cuesta de San Blas.

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