En
la “Calle Procuradores", de la ciudad del Cusco - Perú, se posicionan a
partir de las ocho de la noche dos bestias de ultratumba, disfrazados de
vendedores de comida o vigilantes, los cuales cubren sus rostros con un par de
gorras o chullos de colores llamativos quienes inmediatamente capturan a los
EXTRANJEROS y transeúntes incautos que andan en busca de mujeres y placer sexual,
sin embargo les ofrecen drogas para despistarlos.
Una
vez un turista holandés ansioso de lujuria y noche desenfrenada, intentaba
conquistar a un par de latinas sensuales de senos descomunales y nalgas desbordantes
y pulposas, pero cuando iba detrás de ellas, fue interceptado por uno de los
guardianes infernales, quien inmediatamente se le acercó a ofrecerle unos
HONGOS. El holandés no sabía a qué se refería, estaba un poco pasado de copas y
creyendo que le estaba ofreciendo mariguana, aceptó el producto pagando un
par de dólares. Lo sorprendente fue que el guardián infernal al entregarle los
hongos de cabezas rojas con manchas amarillas inmediatamente desapareció. El
extranjero miró por todas partes pero no había señales de nadie más que él.
En
procuradores hay horas en que parece que uno se quedara absolutamente solo en
medio de la calle. Cuando revisó sus bolsillos el par de dólares que había
pagado por los hongos aún seguían allí, esto lo desconcertó aún más. La belleza
de los hongos lo obnubiló y dejó de lado sus deseos sexuales e inmediatamente
procedió a comerlos. Unos mareos lo llevaron en retroceso como un torbellino
desenfrenado a danzar en medio de dulces melodías de charango, quena, y
zampoña, la música andina lo cautivó y sus pies empezaron a elevarse. Los escasos transeúntes
que lo vieron elevarse mientras danzaba se aterraron y nadie se animó a
acercárse. Aquello era algo inexplicable, un par de vendedoras de “yucas
fritas y papas rellenas” inmediatamente se persignaron y empezaron a rezar
mientras el "GATO CON BOTAS" no paraba de reír alocadamente, pues creía
que uno de sus hijos estaba dándole vueltas al holandés. El holandés se elevó
tanto que se perdió en la profundidad del cielo oscuro.
Al
día siguiente salió en los periódicos el siguiente titular: *Turista holandés amaneció abrazado de la
cabeza del "Cristo Blanco" de Sacsayhuaman*. Nadie se explicaba
cómo había llegado a aquella altitud sin una escalera. Los bomberos tuvieron
que ayudarlo a bajar con una escalera mecánica. El "Gato con Botas"
reía mientras tomaba desayuno en un restaurante de la calle procuradores, y observaba la fotografía impresa en el periódico que sujetaba un turista español, la mism que mostraba al holandés sujetado del rostro del Cristo Blanco con una expresión de miedo u angustia sin par.
"Los guardianes infernales volvieron a hacer de
las suyas. A los guardianes infernales
de la "Calle Procuradores" no les agrada cuando un holandés o cualquier
extranjero intentan gozar de la carne de sus mujeres", valvuceaba el Gato con Botas mientras salía del restaurante.
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