CALLE PROCURADORES CUSCO PERÚ

<b>CALLE PROCURADORES CUSCO PERÚ</b>
CUSCO CITY, IT NEVER WAS MORE EXCITING ¡¡¡¡¡¡¡...

domingo, 23 de septiembre de 2012

UN HOMBRE LOBO EN CUSCO PARTE -3


Cuando llegó el Flaco Mussolini, rápidamente le pedí que me mostrara la grabación. No podía creer lo que mis ojos veían,  era un monstruo parecido a un hombre lobo, pero lamentablemente la grabación no duraba más de cinco segundos, sin embargo era lo suficientemente claro para reconocer a un par de rumanas desnudas, al Loco Rodríguez, Pipo y el Malogrado defendiéndose del monstruo cada uno con su respectivo palo mientras el Flaco yacía tirado e inconsciente sobre el piso. El Flaco y el Loco empezaron a reír sin parar mientras contemplaban mi cara de admiración.
“¿Por qué no vamos al bar de Rubén, el paranormal, tal vez sepa algo?, dijo El Loco Rodríguez, mientras empezábamos el descenso hacia la ciudad. Sonó el celular del Flaco, era Daniel quien quería de vuelta su celular. El Flaco le dijo que llamará al Pipo y que todos nos reuniríamos en el Bar de Rubén dentro de media hora. Una vez que llegamos al bar, Rubén se encontraba conversando con un chaman lloroso de Puerto Maldonado, quien se veía muy angustiado. “Hola Rubén ¿que pasa?”, le pregunté. "No, no pasa nada jausas, lo que sucede es que mi compadre no sabe que hacer con el cadáver de un gringo que murió en una de sus sesiones de Ayahuasca, al parecer el Chullachaqui le dio vuelta. Concluyó Rubén, el curandero sólo movía la cabeza en señal afirmativa. “¿Qué pasó chamán?”, inquirió El Loco. El chamán se echó a llorar. “Bueno, bueno dejémoslo tranquilo, que yo les contaré más adelante, primero díganme para que soy bueno”, preguntó Rubén mientras nos escoltaba al apartado trasero llevándose previamente un trago de pisco a la boca. “Flaco dale el video”, dijo seriamente El Loco. Rubén se quedó callado y boquiabierto al verlo. “Escuché algo de éste maldito y esas perras la semana pasada, quería contarles pero no hubo tiempo, me enteré que este  hombre lobo de Transilvania llego acompañado de sus mujeres rumanas al Cusco en busca de nuevas víctimas. Se dice que estuvo en Santiago del Estero y barrió con un montón de argentinos tiñendo de sangre varias de sus peñas. Por allá lo sindicaron como el sanguinario rumano, pero nada más. En cambio esto es otra cosa, uno con este video se convence de que no es un simple hombre carajo, pero que horripilante, ¿y tú Loco que haces con ese palo en el video? ¡ja!, ¡ja!”.  Inquirió burlonamente Rubén mientras se llevaba otro trago de pisco a la garganta. “Defendiéndome, que más huevon”, respondió el Loco. “¡Uy!, me olvidaba, ayer amanecieron dos hombres muertos junto a la CHINCANA DE SACSAYHUAMAN,  destripados y sin una gota de sangre, pero la policía no quiere decir nada para no asustar a los turistas”, concluyó Rubén. “Y tú ¿cómo sabes?”, inquirió El Flaco Mussolini. "Es que hace un par de horas vino un agente encubierto antidrogas de la DITERPOL a quien conocemos por aquí como El chino, un flaco blanquiñoso de cabello largo y barba. Él nos comentó sobre la noticia, pero yo ya estaba de vuelta, si es obvio que fue ese hombre lobo”, afirmó Rubén mientras se llevaba otro trago a la boca. En ese momento hizo su aparición Daniel junto con el Pipo reclamando su celular con la grabación. “Así que no es puro cuento”, dijo Daniel mientras estrechaba la mano de Rubén. “No nada que ver, y como estaban las caperusitas pendejos”, inquirió Rubén al Pipo mientras se llevaba un trago más de pisco a la garganta. El Pipo mostró una sonrisa de satisfacción. “Oye Rubén porque estás tomando tan descomunalmente”. Inquirió El Loco. “Es que la historia del Chaman y del gringo muerto en Puerto Maldonado me ha dejado sin fuerzas y ahora ustedes se aparecen con este video estoy recontra cagao”. 
Todos reímos.


UN HOMBRE LOBO EN CUSCO - PARTE II


El Loco Rodríguez prosiguió:
“Cuando ingresamos a la habitación todo parecía normal, sus mochilas, sus botellas de agua, sus cajas de cigarro, sus medias, ropa interior tirada por todas partes, un par de zapatos sucios dentro del baño, ya sabes lo usual en los excursionistas, sin embargo había un montón de pelos acumulados en la bañera, al punto que parecía un perro enano y crespo mojado. Cuando al Pipo se le ocurrió decir junto con Daniel ¿de quien era la peluca?, las rumanas se pusieron serias y nerviosas, no se que dijeron pero parecía que discutían entre ellas. El Flaco Mussolini les preguntó sobre lo que les pasaba, sin embargo no le respondieron nada. Al contrario mostraron sus hermosas sonrisas y se sentaron en los bordes de las camas pidiéndonos que les tocáramos alguna que otra canción de los Rollingstones, a lo cual accedimos. Las horas pasaron, Malogrado y el Flaco regresaron de la calle luego de comprar más Ron de la bodega de la esquina. Al cabo de media hora  nos encontrábamos en una orgía maldita. Las rumanas se movían de lo lindo intentaban complacernos a todos por igual. Sin embargo a mi se me cayó el paquete de condón comestible debajo de la cama, y fue allí donde comenzó la jarana.” Dijo el Loco Rodríguez en tono muy nervioso mientras seguía contemplando la Luna. “¿Qué viste carajo ya cuenta?”, le increpé.
“Había un sujeto albino, esos de piel y cabellos blancos, y ojos rojos debajo de la cama que dormía en posición fetal, al observarlo se me pasó la borrachera, pero no sabía como decírselo a los demás que estaban en pleno goce. La rumana que estaba desnuda a lado mio, me observó con cierta desconfianza al percibir mi nerviosismo e intentó practicarme sexo oral, sin embargo no lo permití y empecé a vestirme. La rumana mostró un rostro de extrañeza y en su idioma natal intentó pedirme que me quedara mostrándome esta vez sus hermosos senos de pezones rosados. Cuando de pronto un aullido estremeció el ambiente y las camas volaron hasta el techo por la fuerza con la que el sujeto alvino arremetió contra los catres. Todos volaron sobre el techo, el flaco quedó  inconsciente al estrellar su cabeza contra uno de los filos  de la cama, Malogrado reaccionó rápidamente y empezó a golpear al sujeto con las maderas de la base de la cama, al igual que Daniel y el Pipo, pero al albino no le afectaba en lo absoluto, y de su rostro lampiño empezaron a brotarle cerdas blancas, sus ojos venosos y rojos como la sangre se hicieron más grandes, al mismo tiempo que su boca empezó a alargarse, nadie entendía nada. Las rumanas empezaron a acariciar su cuerpo desnudo el cual cada vez empezaba a tornarse musculoso y venoso, las mujeres lamían su piel y mostraban gestos de deseo hacia él.  Yo intenté levantar del piso al Flaco Mussolini,  pero cuando intenté llevarlo hacia la puerta de salida dos de las rumanas nos cerraron el paso. La maldita bestia empezó arremeter con su hocico lleno de dientes filudos  contra nuestras piernas desnudas, sin embargo pudo más nuestro coraje y lo atacamos a puro palazo, las rumanas intentaron a toda costa derribarnos pero no las dejamos y luego de agarrarlas a puñetazos logramos escapar”. Concluyó el Loco Rodríguez a punto de estallar en llanto, sin embargo su conducta me causo un ataque de risa tal que no pude parar. “Y que droga te metiste Loco, mira que esa historia no te la creo, me vas a disculpar”, le respondí entre carcajadas. “La misma historia que me dejó esta cicatriz en la pierna”, me respondió mientras se arremangaba su jean y mostraba las cicatrices distribuidas en forma tal que parecía que un colmillo de un lobo le hubiera mordido la pierna. Aquello me desconcertó. Su celular sonó. “Hola Flaco, si aquí estoy con Oculto en el mirador de San Blas, traes el video y seis chelas bien heladas” y colgó. “¿Qué video?” le pregunté inmediatamente. “El del lobo albino y las rumanas, el video que Daniel grabó mientras el Malogrado, Pipo y yo nos defendíamos de la bestia y que se presté ayer al flaco para que se convenza de lo ocurrido. Puedes creer que el Flaco Mussolini no recordaba nada de nada todo por el fuerte golpe que le hizo desmayarse, sin embargo ahora está recontra convencido. Lo bueno de nuestros tiempos es que la tecnología ayuda para que la gente como tú no crea que estamos locos”. Concluyó el Loco Rodríguez mientras encendía un cigarrillo…..



UN HOMBRE LOBO EN CUSCO PARTE I


Mientras terminaba de bañarme, se coló por la ventana la luna llena, siempre que la veo genera en mi una atracción natural que me gustaría tocarla. Abrí la refrigeradora y saqué un pedazo de pizza que me dejó Maryan la gringa que conocí ayer en la disco del Indio, donde tocó mi grupo preferido de música rock en quechua. Mientras disfrutaba de la pizza calientita me llamó el loco Rodriguez al celular. “Oye jausa porque no jalamos al centro, a la plaza al barrio de San Blas, tengo una nueva que contarte”, me dijo en tono inquieto y misterioso, normalmente el Loco Rodriguez no tenía nada que contar y acepte el encuentro en la plazoleta de San Blas a la media noche. Nos encontramos a la hora pactada, mientras iba acercándose el Loco Rodriguez fumaba de su pipa en forma de demonio un poco de yerba santa. Cuando nos saludamos le pedí que me invitara y juntos dejamos de sentir ese frio molesto en la garganta. Mientras subíamos por las escalinatas de piedra que nos llevarían al mirador, procedió a contarme lo ocurrido, fue estremecedor.
“Oye jausa, a que no sabes lo que me paso ayer, como de costumbre salí con la banda de Rock Metal  The San Blas, y nos fuimos a tomar unos tragos de te piteado en el Duende de calle Tigre, cuando de pronto ingresaron unas hermosas mujeres rubias y de ojos preciosos, quienes se sentaron junto a nuestra mesa. Al cabo de media hora uno de mis amigos le había hecho conversación con la guitarra y lo del grupo de música, al final hicimos una mesa común. Pedimos bastante te piteado y ellas aceptaron invitarnos un poco de yerba santa. Fumamos y reímos un montón. Las flacas nos contaron que eran de Transilvania, un pueblo Rumano, donde se tejen todas esas historias de vampiros y hombres lobos. Nosotros nos quedamos maravillados con su cultura, cantaron preciosas canciones y narraron paisajes hermosos donde se levantan majestuosos castillos y abundan las minas de sal.” Concluyó El Loco Rodriguez. “Y que de extraordinario tiene eso, yo estuve la otra vez en mi departamento con una Egipcia y me contó sobre las momias y los faraones , ya sabes que nosotros tenemos la suerte de conocer todo tipo de gente porque el Cusco es cosmopolita, para nosotros ya nada es sorprendente”, le dije. Pero de pronto sus ojos se congelaron mientras observaba la luna llena en lo alto del cielo, tan alta que iluminaba al CRISTO BLANCO de SACSAYHUAMAN con tanta potencia que parecía que iba volando. “No se trata de eso, sino del hombre…del  hombre lobo jausa”, al escucharle pronunciar aquella frase me dio un ataque de risa tal que no paré en quince minutos hasta recuperar la calma. El Loco amenazó con irse sino lo dejaba continuar. “Cuando las rumanas se pusieron calenturientas les ofrecimos tocar un concierto privado en su habitación, las cuales gustosamente aceptaron, especialmente cuando El Pipo empezó a besar a una apasionadamente, esas cosas les gusta a las crudas tu sabes como les enloquece”, concluyó el Loco Rodriguez. Aquella historia no me parecía nada extraordinaria, sin embargo cuando escuché la siguiente parte me di cuenta que había subestimado al Loco Rodriguez y que mi concepción de la realidad del Cusco ya no sería la misma…….


miércoles, 29 de febrero de 2012

LA MESA DIABÓLICA (TERCERA PARTE)

SIETE DIABLITOS -SAN BLAS-3

Cuando llegó las tres de la mañana estábamos felices.

Romina procedió a invitarnos un poco de lo que ahora era su yerba. Rosario por su parte ahora bebía cerveza en mayores cantidades.

-“Muy bien señores como les comentaba al parecer todo fue un engaño para poseer nuestros hermosos y bellos cuerpos”, Dijo risueñamente Romina mientras encendía otro cigarrillo.

-“Por mi parte ¡po!, he escuchado desgarradores gemidos que diga gritos. Dijo esta vez Rosario entre risas.

-“Así como efectivamente la mesa tembló, que digo vibró cachay”. Más risas. Agregó una vez más burlonamente Rosario. Más risas.

-“Pero lo que no saben es que este par de hembritas ¡po!, somos más que hembritas” añadió seriamente Rosario.

-“Este par de hembritas ahora tienen mucha hambre”. Dijo Romina mientras sus ojos se mutaban en forma reptil.

Cuando de pronto Rosario y Romina iban despellejando su forma, mostrando sus ojos incandescentes, y sus colmillos filudos. De pronto su cabellera se esparció sobre el piso y sus lenguas se estiraron hacia nuestros cuellos rodeandolos y extrangulandolos en breves instantes.

Fue entonces que recordé aquella leyenda de “un grupo de bestias” camufladas en piel de hombres vestidos de negro que recorrían todo Sudamérica tocando guitarras y violines vestidos de negro en las calles y plazas públicas, para luego a partir de la media noche devorar a los parroquianos más incautos, entre ellos prostitutas, borrachos, drogadictos y don Juanes incautos como nosotros.

“El Loco Rodríguez”, felizmente siempre andaba armado, porque en Cusco, en Cusco nunca se sabe cuando estarás caminando al costado de un vampiro, de una bestia come hombres, o de un árabe caníbal y otras tantas especímenes que recorren la noche, claro entre ellas borrachines pendencieros o pirañas y ladrones, pero estos están en extinción a causa de los primeros.

“El loco Peter Rodríguez”, sacó su arma y les dio un balazo a cada una justo en mitad de los sesos, estos se esparcieron manchando las paredes y nuestros rostros impregnandolos de abundante masa viscosa blanquecinas.

La puerta se abrió súbitamente, era Rubén.

-¿Qué paso pendejos?, ¿porque tanto escándalo?, afuera la gente está sobresaltada… ¡las mataron!, ¿pero por qué si estaban mejor que el pan esas dos preciosuras? Dijo Rubén mientras miraba los cuerpos deformes y escamosos estirados sobre el piso.

"Estaban, tú lo dijiste ....estaban", respondió el Loco Peter mientras se limpiaba el rostro con el mandil de Rubén. Cuando le explicamos lo sucedido nos contó que en el Bar de Guillermo en la Calle “Siete Angelitos” hubo un caso parecido la semana pasada con un par de hembras de similares características, pero con un fatal desenlace, habida cuenta que en aquella reyerta murió el Chino “Paco”, amigo de la infancia de Rubén, junto a un espécimen de estos malnacidos.

"No sé cómo harán pero esta peste la quiero fuera de mi local, después el Municipio anda diciendo que aquí asesinaron un par de turistas muy respetables y me hacen de mala fama y me cierran el negocio". Nos advirtió Rubén mientras se limpiaba la frente llena de sudor con su clásico pañuelo a cuadros.

-No te preocupes que “el Loco Rodríguez” y yo nos encargamos de eso. Le dije mucho más calmado.

-Oigan ¿y a las tres de la mañana no salió el demonio de la mesa?, preguntó Rubén.

-No, nada, eso nos pareció muy extraño porque justo a esa hora después de habernos cogido a las hembritas, mejor dicho a los monstruos, se suponía que tenía que salir del interior de la mesa.

“El loco Rodríguez” miró profundamente el alba mientras fumaba un cigarrillo. “Lo que sucede es que ese demonio pendejo se dio cuenta, se dio cuenta de la presencia de estas dos bestias y no salió, ellas más al contrario nos sedujeron, nos cansaron y se hicieron con nuestra energía, un poco más y me faltan fuerzas para disparar mi revolver. Por otra parte te diste cuenta de lo que dijiste…dijiste que estuvimos cogiendo con los monstruos”. Concluyó sobresaltado.

-“¡Monstruooooosssssssssssssssssssssssss….que ascooooo!”. Gritamos al mismo tiempo.

-“Vamos a bañarnos qué tal si se transmite la mutación como en las películas”

-“No creo, las películas son las películas, esto es la realidad, esto es Cusco”

-“Vámonos corriendo que siento mi pene pegajoso”

-“El mío se está volviendo verde”

-Oigan cagones de porquería y ahora quien me limpia el local, gritó Rubén muy molesto a lo lejos, mientras ibamos descendiendo corriendo la cuesta de San Blas.

LA MESA DIABÓLICA (SEGUNDA PARTE)

SIETE DIABLITOS-SAN BLAS-2

La mesa rojísima lucía impecable, tomamos asiento. Nuestras amigas se mostraron mucho más incrédulas.

-Viste, así que vos me decís que esta es la famosa mesa diabólica, ja, ja, ja ya perdiste tu yerba. Dijo Romina mientras prendía un cigarro de tabaco.

-¡¡¡¡Miraí que cosas no¡¡¡¡¡¡¡, la verda , la verda, este cuento esta pa más chicos po, esto es una burla. Dijo Rosario nuestra amiga chilena mientras ordenaba un par de cervezas a su cuenta.

Cuando mi amigo “El Loco Rodriguez”, miró su reloj faltaba aún un par de horas para las tres de la mañana.

Nuestras amigas rieron aún más cuando les explicamos que la hora del diablo era a las tres de la mañana, más conocida como “la hora nona”, ya que representaba una burla hacia la hora en que murió Cristo en la cruz, que era las tres de la tarde.

-Me decís que tendremos que estar aquí fumando y bebiendo dos horas más, mirá que en cualquier quilombo sería impresionante, pero aquí sólo podemos beber, ¿me entendés?, que si bebemos y bebemos te aseguro que Rosario y yo, terminaremos re-pero re-mareadas, y allí si verán, no a un demonio, sino a dos demonias que quedran hacerles cositas ricas ¡viste papi!, dijo Romina mientras me empezaba a besar el cuello y los labios.

De igual forma “El Loco Rodriguez” empezó a acariciar el cuerpo y a besar los labios de la hermosa Rosario.

Las horas pasaron, y de pronto la mesa empezó a temblar, por un momento me asusté, “es el diablo” , grité sobresaltado. “Si es un diablo”, grito embargada de placer Rosario mientras “El Loco Peter Rodriguez” la hacía vibrar contra la mesa. Romina y yo reímos como locos. “Son unos depravados” dijo Romina mientras me empezaba a realizar sexo oral.

De pronto ingresó súbitamente “El Pipo” a nuestro apartado:

-Faltan quince minutos para las tres de la mañana, miren no se ustedes pero yo cerraré el pasadizo porque no quiero que mis clientes se asusten con los gritos y tembladeras de esa mesa diabólica, ¿ustedes se quedarán aquí para tener contacto o se irán? Concluyó “El Pipo” mientras se limpiaban el sudor de la frente con un pañuelo a cuadros color azul.

“El loco Rodríguez”, mi amigo, se paró súbitamente, dejando al descubierto los dos buenos senos de nuestra amiga Rosario y abrochándose el pantalón se dirigió hacia “El Pipo”, el dueño del local, y le dijo:

-Dime Pipo, ¿cuándo te he dicho que no?.... ¿cuándo me has visto salir como un cobarde gritando de este lugar?

-“Muchas veces”, respondió en tono muy serio El Pipo.

-Bueno te prometo que esta vez será diferente.
(Continuará...)

LA MESA DIABÓLICA (PRIMERA PARTE)

SIETE DIABLITOS-SAN BLAS-1

No había nada nuevo en la ciudad. Las tejas rojizas y las piedras se doraban con el sol intenso de la tarde, mientras turistas ingenuos, bonachones y desconfiados circulaban por la plaza de Armas y calles aledañas, tomando fotografías para el recuerdo. Las llamas, las señoras nativas ofreciendo sus chucherías a los foráneos y las jovencitas “masajes” calientes a los transeúntes.

La tarde fue cayendo, y me dispuse a llamar a una de mis amantes, una que trabaja en turismo, rápidamente nos encontramos en la calle plateros, la besé, tome de su mano y nos fuimos caminando con dirección a la calle “Saphy”, donde administra un hotel.

Seis de la tarde, estábamos felices, su cuerpo me gustaba demasiado, y luego de hacer el amor, nos duchamos con agua caliente. Sonó su celular, y de pronto se marchó de la habitación. Con ella nunca se sabe, lo hacemos y se marcha, o me marcho yo. Así funcionan las cosas entre los dos.

De pronto llegó las siete de la noche, detesto comer solo, así que decidí llamar a mis amigas Patricia, Alcioné y a Dyana, pero todas me dijeron que no. No sé, pero cada vez que intentó salir con alguna de mis exs, es más difícil. Creo que como ya no existen estímulos sexuales o de romance entre nosotros ya no les intereso. La primera que siempre está con gripe o en casa de una de sus amigas, al final me sale con que nos veremos el domingo, y ese domingo nunca llega. La segunda me sale con que tiene una reunión sólo de mujeres y se está alistando para eso. La tercera que no contesta así le llame un billón de veces seguramente estaba bien metida en su mundo entre sabanas y sudor con otro.

Felizmente cuando me disponía a ingresar a una juguería de la calle Marqués, mi celular timbró, se trataba de “El Loco Rodriguez”, con quien pactamos encontrarnos en la plaza San Francisco. Mientras lo esperaba me hice amigo de un grupo de Chilenos que estaban tocando música clásica en la calle Marqués, con violines, guitarras, y charangos, realmente me gustó mucho su música, como la chilena de mirada bonita que se dio cuenta de que me atraía y a la vez me sonrió.

De pronto recibí una palmada sobre la espalda, se trataba de mi amigo “El Loco Rodríguez”.

-Está linda la chica ¿no?, me dijo leyendome el pensamiento.

-Si, tienen la mirada dulce, es chilena.

-Chilena la hembrita, entonces háblale culeao.

-En eso estoy, en eso estoy…que acaben de tocar y nos acercamos cachay. Concluí.

Cuando recolectaron el dinero de los espectadores dentro del estuche de las guitarras, me acerqué a ella mostrando mi mejor sonrisa. Nunca falla una buena sonrisa.

Al cabo de un par de minutos nos encontrábamos departiendo un par de jugos y unas hamburguesas en el sack Baduu! ubicado entre Marquez y Heladeros, “El loco Rodríguez” babeaba mientras no dejaba de mirarle los senos.

De pronto la invité a acompañarnos al bar “El Búfalo Negro”, ubicado en calle Arco Iris, pero ella prefirió llamar a una de sus amigas para no sentirse sola. Cuando esta llegó, después de media hora, nos percatamos que se trataba de una argentina preciosa, una chica simpatiquísima de mirada clara, de contextura delgada que no pasaba del metro sesenta.

Fuimos al “mirador de San Blas”, y al mirar la ciudad desde allí, “el Loco Rodríguez” sacó un cigarro con yerba mágica de la buena y nos pusimos a fumar por una hora. Reímos a carcajadas, mientras la argentina contaba cada chiste de chilenos, mientras la chilena contaba cada chiste de Argentinos, que no parabamos de reir ni un solo segundo, si embargo ambas se incomodaban cuando contábamos chistes de argentinos y chilenos. Al final todos la pasamos chevere.

Cuando las chicas empezaron a bostezar inmediatamente les ofrecimos hacerles participes del encuentro con “la mesa diabólica de la sabiduría”. Ellas nos miraron como enfermos, no entendían nada. Les explicamos que había un bar, en la “calle Siete Diablitos”, en cuyo apartado número tres tenía una mesa de siete patas, una mesa roja larga enorme que estaba poseída. Nuestras amigas rieron a carcajadas, nos trataron de tarados, nos dijeron que no estaban para cuentos de chicos, que seguramente se trataban de puras habladurías. Y las retamos.  “El Loco Rodríguez” sacó de uno de sus bolsillos inmediatamente una bolsa llena de mariguana y se la dio a nuestra amiga argentina, que era la más incrédula, era de suponerse, disque “porteña” ella, de ciudad grande, de Buenos Aires.

-Mira, si no pasa nada, te la obsequio, ¿te parece? Dijo seriamente mi amigo el loco Rodríguez.

A Romina, la argentina dicha oferta le pareció fabulosa y aceptó.

“Rubén” nos esperaba en la puerta su bar mistico ubicado en la calle Siete Diablitos, donde previa cordinación ya nos había reservado la mesa.

Cuando ingresamos, todos los asistentes estaban borrachos, las gringas corpulentas, bailaban encima de la barra mostrando sus atributos europeos, mientras un par de gringos miraban a todos con soberbia y cierto aire de desconfianza.

Una vez que ingresamos en el apartado número tres, la mesa lucía como de costumbre, imponente con sus patas talladas evocando las figuras de angeles y demonios librando una sangrienta batalla, la cual se mostraba más rojísima que de costumbre sin perder ese brillo potente que la hacia lucir sumamente impecable. "Hace tres años que no la veía", pensó el Loco Rdoriguez….(continuará)

martes, 14 de febrero de 2012

LOS ARABES CANÍBALES (UNICA PARTE)

Después de una semana ardua de trabajo, decidí sumergirme en la vorágine infernal de un viernes por la noche en la ciudad del Cusco. Con mi pipa viajera fumé un par de tronchitos de mariguana en el mirador de San Blas, e intercambié un par de palabras con una extrajera norteamericana quien andaba de paso por estos lugares tan relajantes. La noche llegó de pronto y sentí que era momento de convertirme en aquél ser solitario y lujurioso del cual a veces tengo miedo y al cual respeto. Me le acerqué y le dije: “Porque no te muestro los lugares de la ciudad dancing, drinking, tú me entiendes”, le propuse a la gringa la cual mostrando una sonrisa cómplice aceptó de inmediato. Ingresamos a una de las discotecas que queda al costado del Mc Donald descubriendo un mundillo lleno de árabes, israelitas, musulmanes, judíos,aquello parecía un pasaje de las películas que transmiten los canales de tv en semana santa. Muchos bailaban moviendo el cuello y mirando al techo, sus hermosas mujeres se paraban sobre la barra mientras sacudían sus exuberantes cuerpos. La noche llegó a su clímax cuando empezamos a beber un par de cervezas bien heladas. Mi acompañante empezó a girar y girar mientras oía la música árabe. Un "trans" muy fuerte y elevado, daba muestras que por un segundo nos habíamos transportado a una discoteca de Israel o a la de alguna localidad de medio oriente. De las gradas y del balconcillo del segundo piso coreaban la letras de la canción en su idioma natal, aquella música de los israelitas, árabes era mágica mientras de sus gargantas emanaban a manera de sonidos guturales relajantes frases y canticos sin iguales.


Mi acompañante empezó a beber mucho más y yo que no paraba de apreciar su exuberante belleza mientras mi despertar sexual empezaba a ser cada vez más contundente entre su delineada figura y sus carnosos senos. Un par de minutos pasaron y las luces se apagaron, de pronto entre el bullicio se escuchó unos gritos macabros cuando distinguí en el segundo piso a una multitud quienes adoptaban posturas de bestias cuadrúpedas, mi acompañante al igual que yo sintió mucha curiosidad y subimos al segundo piso, pero nos detuvieron un par de árabes. “Queremos ir al baño”, dijo la gringa, pero ambos se negaron “Cinco minutos, esperen cinco minutos”, dijeron en un español mal hablado. De pronto al levantar la mirada observé como una turista española era devorada por un grupo de árabes con el torso desnudo, en cuestión de minutos aquella pelirroja sensual terminó hecha añicos mientras se desangraba y gritaba “¡ostias!, ¡ostias!” El resto observaba aquello al borde del éxtasis y el desenfreno. Del segundo piso empezó a gotear sangre, y las árabes abrían sus sensuales bocas mientras con la lengua recibían el líquido rojizo para proceder a besarse apasionadamente. Mi acompañante quedó consternada con lo ocurrido, la abracé fuertemente hacia mi pecho “let´s go!, let´s go!” era lo único que me decía entre un par de lágrimas, pero a mí no me importaba. Los árabes caníbales eran muy conocidos en el medio cusqueño por tragarse a sus víctimas, latinas, europeas, negras y asiáticas entre las que figuraban con más frecuencia. Las seducían en el primer piso, las enamoraban con la mirada, posteriormente las engatusaban y endulzaban con palabras y bailes sensuales, luego de ofrecerles ingentes cantidades de alcohol y drogas las llevaban al segundo piso y cuando la pobre víctima creía que se iría a la cama con algún galán, estos aprovechaban y en grupo la destrozaban a puro mordisco. Mi acompañante estaba sollozando mientras sus voluptuosos senos se pegaban a mi pecho, me excité y no dudé un sólo segundo en hacerla mía, así que guiñándole el ojo a un árabe le sonreí en franca complicidad. Ellos ya me conocían, muchos me confundían con ellos, desde que me hice crecer la barba y el cabello. Prácticamente me asimilaron culturalmente, y no era difícil de hacerlo ya que sus mujeres son las más hermosas de todas las turistas que por estas tierras se conocen, muchas de ellas me sedujeron varias veces y acabe en la cama con varias. Aprovechando la flaqueza de la gringa, le susurré un par de palabras al Árabe, el cual inmediatamente la señaló con el dedo acusador, “quieren que subas ahora, ahora puedes subir” le dije inmediatamtente al oído de la gringa, ella quedó aún mucho peor, me sujetó e intentó jalarme hacia la puerta de salida. Entonces le dije que la única forma de que saliera viva era si les decía que era mi "hembra", ella aceptó inmediatamente dijo: “soy su hembra, no me maten” dijo la de cabellos rubios. El árabe sonrió y pidió un acto de prueba. Ella inmediatamente me besó, “No es suficiente, tu estas mintiendo, y si tú mientes, tú mueres” dijo el árabe, mientras le guiñe el ojo nuevamente. Felizmente llegó uno de sus amigos y entendió nuestra jugada.“No, tú no eres la hembra de él, tú estás mintiendo, tú morirás si no tienes sexo con él en el baño”, dijo el segundo árabe en tono muy serio, quien de paso era más amigo mío que el anterior. Inmediatamente subimos los cuatro al baño, entro primero la gringa después yo, me bajé los pantalones y me hizo sexo oral, mis amigos vieron aquello con alegría, posteriormente acaricié sus enormes senos y me masturbe con ellos, para después voltearla y encularla contra el tanque del baño ella se calentó y dio rienda suelta a sus bajos instintos. Ellos al ver todo aquello me guiñaron el ojo e inmediatamente tomaron mi lugar, cada una la atravesó placenteramente, la gringa tenía buenas nalgas, ella segundos después se percató  de que no era yo el que ahora la poseía por el ano, pero no le importó, A ELLA LE INTERESABA SALIR VIVA DE AQUEL LUGAR. El otro también procedió a hacerla suya, pero a ella tampoco le interesó, mientras gemía y gemía de placer. Al cabo de una hora ella se vistió y limpió su cuerpo mientras yo agradecía a mis amigos por el favor que me hicieron afuera. Ambos rieron mientras una de las árabes me miraba molesta, era una de mis amantes, pero la ventaja es que ellas entendían cómo funcionaban las cosas en Cusco. Cuando la gringa salió del baño apretó fuertemente mi mano y descendimos las escaleras y nos fuimos. La acompañe a su hotel que quedaba en la Calle Procuradores y me dijo que jamás pensaba regresar al Cusco, que aquello era un inferno. “Como es posible que ellos maten a una mujer eating a woman, y nadie hace nada, yo denunciaré esto a las autoridades de mi país, yo te agradezco por salvarme la vida, no sé como agradecer”.

Una vez en su hotel, bajo de su habitación y abrió una billetera de la cual me entrego tres mil dólares, yo por mi parte estaba muy feliz. “Yo estoy confundida, me gustó mucho el sexo con ustedes, pero no gustarme mi vida en peligro, yo denunciar esto en mi país”. Yo también le agradecí por su hermoso cuerpo y su belleza, tenía ganas de volvér a cogermela en su habitación, pero sólo la besé y me despedí. Inmediatamente fui a la discoteca y les advertí a mis amigos caníbales sobre las intenciones de la gringa, inmediatamente me pidieron la dirección del hotel donde estaba hospedada, sin pensarlos dos veces se los di. Ella jamás regresaría con vida a su país. Los ARABES CANÍBALES SE DIERON UN DELICOSO FESTIN.